Creo que es posible que alguna vez una voz contuviera a otra, le limara el filo y le ionizase el alma de algún modo. Es posible que encima de todo (y al mismo tiempo bajo cualquier cosa) se pueda ver un esquema, como una especie de muralla china conteniendo los significados y los trazos de un miniverso pequeño, recoleto, centrado y mesurado en su propia intensión, viva. Seguro que hay algún guarismo que puede eficazmente analizar y desempolvar los mecanismos, las formas y los contenidos, sacándonos el resoplido del alivio de dentro del esófago.
Pero que eso exista no significa que eso sea todo.
Más bien parecen pequeñas parcelas de tierra en la tierra. De verdad lo parecen. De verdad, dan medio miedo. En verdad parece que lo único que tienen es fé en sí mismas. Y ni eso. Resignación en sí mismas. Casi nada. Un leve aliento.
Y detrás no hay luz, ni sombra, ni voces, ni sonidos.
La eficacia es un mosquito. La eficacia del mosquito.